Editorial| ¡Paren Chile que muchas nos queremos bajar!

Por Equipo M360 @M360cl | Lunes, 14 de Septiembre de 2020
Editorial| ¡Paren Chile que muchas nos queremos bajar!

Una mujer anciana lanzada a la calle por su familia en plena pandemia, otra con alzheimer en estado de abandono se mantenía viva comiendo su propio colchón, una menor de edad violada por su padre en Pitrufquén, justo cuando su mamá estaba hospitalizada, y una mujer vietnamita tirada a la calle por sus empleadores con un niño en brazos, luego de pasar dos años viviendo en una bodega sin recibir sueldo.

No son historias sacadas de un guion cinematográfico ni de la última serie de Netflix, sino de la realidad social de nuestro país. Desgraciadamente el  gran denominador común  es que todas son mujeres. Si al hecho del género sumamos la pobreza, la falta de oportunidades y la migración, estamos frente al escenario perfecto para las víctimas. 

¿Qué pasa en Chile que en medio de una revuelta social, donde los movimientos femeninos han tenido más visibilidad que nunca en la historia de nuestro país, no cambia el trato hacia las mujeres? 

En los últimos índices económicos y sociales las grandes perjudicadas seguimos siendo nosotras. No  sólo hemos sido el género más afectado con la cesantía producto de la pandemia, sino también las más trasquiladas con la violencia intrafamiliar, pues en los últimos meses, una de cada cuatro, ha caído en las manos de un agresor. 

¿Cuándo será el día en que se tomen medidas concretas para resolver la enorme brecha que existe para nosotras en todos los ámbitos? ¿Cuántas más deberán perder los ojos como Nabila Riffo? ¿Cuántas más deberán ser violadas y asesinadas por la pareja de su madre como Ámbar Cornejo? ¿Cuántas más deberán morir en el SENAME como Lisette Villa? ¿Cuántas más tomarán la decisión de quitarse la vida luego de ser abusada sexualmente como Antonia Barra?


Es fácil echarle la culpa a la pandemia  por los terribles hechos que han afectado a las mujeres este 2020, pero no seamos ciegos, los últimos casos no sólo efectos de la emergencia sanitaria, sino la consecuencia de temas culturales, políticos y económicos que no hemos sido capaces de resolver de raíz. 

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