Este producto también es parte de nuestra rutina de belleza, ¿lo estás usando bien?
La continua exposición a factores externos como el estrés y la contaminación transforman el cuidado de la piel en una prioridad, y si a eso le sumamos el paso de los años y la falta de preocupación, no resulta extraño que la dermis adquiera un aspecto opaco, áspero y reseco.
Ahí es cuando la exfoliación cobra protagonismo, para devolverle salud y luminosidad al cutis, esto porque permite que le piel produzca nuevas células, acelerando el proceso de regeneración.
Para saber si lo estás aplicando correctamente debes contestar las siguientes interrogantes:
¿Es el producto adecuado para ti?
Exfoliantes hay muchos, pero según tu tipo de piel el número disminuye. Si tienes piel grasa se recomiendan los en gel o sérum, para evitar el borte de granos. Y para aquellas de pieles más secas es mejor un exfoliante suave con humectante.
Además del tipo de piel debes considerar qué parte del cuerpo exfoliarás, porque rosotro y corporal no es lo mismo. Para la cara deben ser exfoliantes con granos más finos, ya que es más sensible que el resto del cuerpo. Y viceversa, más gruesos cuando no se trata de la cara.
Y debes evitar exfoliar ciertas partes como el escote o las pechugas.
¿Cada cuánto debes utilizarlo?
Para esto solo debes fijarte en tu piel. Notarás las señales. Si no ten en cuenta que las células se renuevan cada 28 días, entonces los expertos recomiendan exfoliar cada 10 días. Ahora bien, si tienes piel grasa puedes hacerlo una vez por semana, pero no más porque solo irritarás la piel.
¿Cómo se aplica?
Para que sea efectiva y relajante, primero debes humedecer con agua la zona. Luego extiende el gel o crema y, con la ayuda de un cepillo, has movimientos circulares delicados. Y luego retira el producto con agua tibia. En la cara luego aplicas tus productos de rutina, ojalá un tónico.
¿Hidratas tu piel?
Este es uno de los grandes errores, no sirve exfoliar si después no vas a aplicar una crema hidratante. Y es que es este paso el vital para proteger la barrera de los lípidos de la piel y para evitar que esta se reseque luego de exfoliar. No lo puedes olvidar.