¿Es machista abusar del aire acondicionado en las oficinas?

Por Macarena Carrasco @maca__carrasco | Martes, 11 de Septiembre de 2018
¿Es machista abusar del aire acondicionado en las oficinas?

En todas las oficinas las personas se dividen entre los que tienen siempre frío y los que tienen calor, siendo generalmente las primeras mujeres y los segundos los hombres.


Este ítem es un tema de debates constantes en los espacios laborales, especialmente cuando suben las temperaturas y se debe buscar llegar a un consenso en la potencia del aire acondicionado que deje a todos felices.


Según un estudio publicado por Nature Climate Change en el año 2015, las diferencias metabólicas entre sexos son ignoradas en las mayorías de las oficinas. La investigación reveló que en los espacios de trabajo predomina la comodidad para el sexo masculino y, por lo mismo, suele fijarse una temperatura adecuada para un hombre en promedio de 40 años, 70 kilos y vestido en traje y corbata.

Sin embargo, la realidad es que el organismo de una mujer precisa de una temperatura 3°C superior a la de los hombres, hecho que es completamente pasado por alto a la hora de usar el aire acondicionado.


¿Es el termostato otra herramienta de dominación patriarcal?


Esta pregunta tomó aún más fuerza el miércoles pasado, luego de que el equipo de la candidata a gobernadora por Nueva York, Cynthia Nixon, planteara en un debate realizado en televisión que se debía fijar la temperatura en el estudio en 24,4 °C. Esto, porque su contrincante Andrew W. Cuomo es famoso por realizar sus encuentros en recintos casi helados.


"La refrigeración de los espacios cerrados es notoriamente sexista", escribió una de las integrantes del equipo de Nixon a la cadena, argumentando que ella no quería tener frío y recibiendo un masivo apoyo de las ciudadanas estadounidenses en redes sociales quienes alzaron su voz sobre este tema. En su defensa, desde el equipo de Cuomo, respondieron que al candidato "le gusta que el ambiente se caliente por la presencia de los cuerpos".


Pero, ¿Qué dice la ciencia? Según un estudio publicado en el Journal of Environmental Health Science & Engineering, los trabajadores disconformes con la temperatura pueden ver afectada su productividad hasta en un 38%, incluso más que aquellos que tienen malas condiciones de luz. A esto se le sumaría una lista de consecuencias desagradables, como irritación, dolor de garganta, resfríos, tos y flema.


¿Existe un sesgo sexista al momento de temperar nuestros ambientes de trabajo? Todo indicaría que sí. Pero definitivamente es un tema que la ciencia aún debe investigar, y que aplica en los espacios laborales de todo el mundo.

¿Te ha pasado?

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